viernes, 21 de septiembre de 2012

La última noche de verano. Con amor.

En la esquina del Forn del Cel, volviendo a casa sobre la 1:00 am venía jugando con el mechero. Juegos de esos en los que pasas la mano sobre el fuego. De niña, me costó arriesgarme a probar. Vi que quién juega con fuego no necesariamente se quema.
 
Hoy no he leído demasiado de mi libro. El último párrafo decía así: "Se habían abierto locales nocturnos, en las bonitas casas requisadas por los oficiales se celebraban fiestas cada noche. "Napoli se vuelve scurda'" Nápoles quería olvidar. Las chicas se volvían locas por los americanos y ellos también perdían la cabeza"

Sin embargo he pasado la noche leyendo los subtítulos de "A Roma con amor". Algunos me llamarán nostálgica errónameante. Woody Allen está fascinantemente Woody. Al igual que me ocurre con los libros me veo incapaz (y ni ganas de intentarlo) de reseñar lo que acabo de ver. Prefiero describirlo actuando después. Volver a casa dando una vuelta larguísima en lugar de atajar. Así.
 
De acuerdo, he recorrido aquellos caminos. Y vale, he cenado ese bocata de atún, huevo duro mayonesa y queso después de nadar. ¿Quieren saber por qué? Sencillamente me gusta. Una mujer debería tener derecho a pasear por la Barcelona nocturna sin más pretensión que la de ser feliz. A mi me gusta ser feliz y reirme de mi misma. Los simples dirían que( me) busco el peligro. Mentira.
 
Me busco a mi misma. Y si elijo tal camino en lugar de  cual es porque quiero o bien no tengo más remedio dado mi particular sentido de la orientación. Escojo pasar por el bar cubano aun retrocediendo en mis pasos porque me siento mas segura así. Llámenme "imbechile", pero si él no viene a esperarme a la salida haré como si hubiese venido. Me dijo que aquella noche estaba guapísima. Justo en aquel bar me preguntó dónde había estado todo este tiempo y yo (en mi línea) no pude responder "buscándote" hasta mucho más tarde.
 
Y paseo por esas calles sabiendome segura y fuera de cualquier maldad ajena. Él va a mi lado. Me gusta el silencio. En noches como hoy estoy plenamente convencida de que voy a esperarle siempre. Resulta irónico teniendo en cuenta que yo he criticado su estado de espera permanente. La diferencia es que yo estoy bien así a sabiendas de la película, de la preciosa noche y el haber cambiado de asiento para ver al reparto y disfrutar las historias desde la última fila, esa en la que únicamente hay dos butacas no reservadas. Estoy bien y en noches como hoy quiero seguir así, esperando. No hay necesidad alguna de más. Plenamente consciente de que mañana será otro día y no volveré a reeler las letras que le escribí siendo todavía amantes, como tampoco lo he hecho esta madrugada.
 
 
 

jueves, 20 de septiembre de 2012

wish ya

A veces pienso en que me gustaría comerme las páginas de "Los peces no cierran los ojos" u otros libros. Literal. Sé que harian gusto a tinta que probablemente se correría en la boca a no ser que la edición sea buena. Hojas. Sabor a qué. Desvarios. Me gusta mucho la historia que leo. Punto y seguido.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Querido Profesor anónimo...

Leyendo el artículo "QUERIDO PROFESOR" del País Semanal de hoy, me pongo ligeramente triste. De hecho no he leído el artículo entero y tal vez por eso me pongo triste de antemano sólo con leer el titular y el subtitular.
De lo que he leído se deduce que ciertas personalidades se sienten en deuda con sus profesores de las "enseñanzas secundarias" y por tanto, les homenajean a su manera.
Yo no tengo profesor de la enseñanza secundaria al que homenajear. Eso es triste. Por lo tanto mis "enseñanzas en Secundaria" que abarcan de los 14 a los 19 años (creo) fueron muy tristes. Recuerdos tengo, de los profesores -y de otras cosas- pero eso no cambia el hecho sustancial de que no homenajearía a ningún profesor que me dió clase en el instituto San Vicente Ferrer- dicen, uno de los mejores institutos de Valencia*
 
No tener "profesor favorito" es triste. "Profesor favorito" es una de las preguntas que proponen para recordar tu contraseña en hotmail y yo nunca he podido usarla. Me pregunto si no tengo profe favorito porque nadie estuvo ahí pero es una pregunta absurda y estúpida porque la que no estaba donde tenía que estar era yo. El recurso de "echar balones fuera" y culpar a los demás no funciona. Por eso I'm guilty. Es definitivamente triste, pero no pasa nada. La tristeza forma parte del currículum humano, o así me gusta expresarlo a mi.
 
 
* ...y dicen bien. El hecho de que mi madre estudiase allí no es suficiente para afirmar tal cosa pero contrastando informaciones resulta que sí, el "SanVi" está considerado como uno de los mejores institutos de Valencia. Los números, también así lo constatan.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Writing 1: Long time ago.


I've* a friend called F. Well, I mean F 'cause I call him like this. His complete name is Jose Fernando Olmos Murciano. I use to think that he doesn't love me so much. When I said “love me” I want to describe this kind of love...friendslove.
 

 

The first time I saw him 'thought**: who's that men? Time*** goes by. Now when we meet we go to the cinema, to the library, drink some coffee or eat some sweets etc. Always the same cinema. Always the same library. Always the same bar (except when we meet at Baldos) Always the same time. When we meet I feel like the song “reloj, no marques las horas” 'cause I want the world to stop when we're talking 'bout books or somithing else. Some questions cross my mind: Is this a crime? And I answer to myself : yes, just my luck! Because he's not not my kind of boy. You understand.

Long time ago when I was 22 or 23, don't remember, we made a promise. “Promise is a promise”, yeah. We get married in my 30's b-day!
In that case (you know)...when we made that promise I was in that age and didn't know his age but anyone of those have a boyfriend or a girlfriend. Now I'm sure that he forget it at all...sometimes I think that he doesn't remember anything.





lunes, 3 de septiembre de 2012

ay ay ay...

Hay un diálogo en mi libro "Los peces no cierran los ojos". Lo leo y cierro el libro de golpe. Respiro. Hay una Harley Davinson total black. Llamo a Lu. Lo coge. Hablamos. Se corta. Miro el reloj y advierto que queda poco para las 18:00. 6, el número mágico. Hay mucha dignidad y orgullo en teoría, poca cosa en la práctica. Quiero escribir y yo misma me pregunto "qué"," porqué" y "para quién" aunque ya se las respuestas. Hay crispación en un matrimonio de edad avanzada enfrente de la mesa dónde yo tomo mi merienda. Me acabo el café y pienso en dejar la cantidad que queda en el vaso de zumo así, como está, porque quiero subir a casa. Recuerdo las preguntas retóricas anteriores, la hora y el documental sobre Marylyn que pusieron el Sábado en la 2 con el que me quedé dormida. Recuerdo en particular una afirmación hecha -dicen- por el psicoanalista de ella: "Que quería amar y no sabía a quién". Yo me identifico y pienso en mi porque tampoco sé a quién amar y en consecuencia amo a todo el mundo. Hay confusión ahora. Pienso -para mi misma- que amar a todo el mundo es bueno siempre que un@ también se ame tanto o más como ama al resto. Hay por fin tranquilidad y serenidad al saberme en la buena senda. Este es el camino, me digo en este instante.
 
 
 
"
- Leo libros policiacos
Como si fuera la cosa más habiual, contesté en voz baja:
- Ya lo sé, le llevo los mismos a mi abuela cada Domingo. Se los lee el Lunes y espera durante el resto de los seis días.
- Vamos a sentarnos- dijo, y yo abrí camino, no hasta las estacas, me detuve en los escalones de madera.
- ¿A qué curso vas?- pregunté
- No malgastemos el tiempo con estupideces. ¿Tú por qué eres así?
Tratando de adivinar, contesté:
- Me gusta todo lo que está escrito, periódicos, listines. Me sé de memoria la lista de raciones y los precios del bar. Leo de todo.
- Yo también, pero eso no explica por qué no estás con ellos- Y miró hacia un grupillo que jugaba a la pelota en la arena.
- No sé estar con ellos, no me gustan sus juegos. Por las tardes voy a nadar o a la playa de los pescadores a ver el arrastre de las redes. Conozco a un hombre que a veces me lleva a pescar en su barca. Sé remar un poco.
- Yo soy escritora.      *
 
 
 
*Diálogo perteneciente a las páginas 27-28 de "Los peces no cierran los ojos"