lunes, 3 de septiembre de 2012

ay ay ay...

Hay un diálogo en mi libro "Los peces no cierran los ojos". Lo leo y cierro el libro de golpe. Respiro. Hay una Harley Davinson total black. Llamo a Lu. Lo coge. Hablamos. Se corta. Miro el reloj y advierto que queda poco para las 18:00. 6, el número mágico. Hay mucha dignidad y orgullo en teoría, poca cosa en la práctica. Quiero escribir y yo misma me pregunto "qué"," porqué" y "para quién" aunque ya se las respuestas. Hay crispación en un matrimonio de edad avanzada enfrente de la mesa dónde yo tomo mi merienda. Me acabo el café y pienso en dejar la cantidad que queda en el vaso de zumo así, como está, porque quiero subir a casa. Recuerdo las preguntas retóricas anteriores, la hora y el documental sobre Marylyn que pusieron el Sábado en la 2 con el que me quedé dormida. Recuerdo en particular una afirmación hecha -dicen- por el psicoanalista de ella: "Que quería amar y no sabía a quién". Yo me identifico y pienso en mi porque tampoco sé a quién amar y en consecuencia amo a todo el mundo. Hay confusión ahora. Pienso -para mi misma- que amar a todo el mundo es bueno siempre que un@ también se ame tanto o más como ama al resto. Hay por fin tranquilidad y serenidad al saberme en la buena senda. Este es el camino, me digo en este instante.
 
 
 
"
- Leo libros policiacos
Como si fuera la cosa más habiual, contesté en voz baja:
- Ya lo sé, le llevo los mismos a mi abuela cada Domingo. Se los lee el Lunes y espera durante el resto de los seis días.
- Vamos a sentarnos- dijo, y yo abrí camino, no hasta las estacas, me detuve en los escalones de madera.
- ¿A qué curso vas?- pregunté
- No malgastemos el tiempo con estupideces. ¿Tú por qué eres así?
Tratando de adivinar, contesté:
- Me gusta todo lo que está escrito, periódicos, listines. Me sé de memoria la lista de raciones y los precios del bar. Leo de todo.
- Yo también, pero eso no explica por qué no estás con ellos- Y miró hacia un grupillo que jugaba a la pelota en la arena.
- No sé estar con ellos, no me gustan sus juegos. Por las tardes voy a nadar o a la playa de los pescadores a ver el arrastre de las redes. Conozco a un hombre que a veces me lleva a pescar en su barca. Sé remar un poco.
- Yo soy escritora.      *
 
 
 
*Diálogo perteneciente a las páginas 27-28 de "Los peces no cierran los ojos"

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